jueves, 15 de diciembre de 2011

Planificación, señores, planificación.


Aunque entiendo los motivos, me sorprende la manía de los creativos de series americanas de hacernos pasar por tandas de capítulos que cuenten historias más o menos interesantes con una media de interés por la continuación en ocasiones bastante mediocre, llegando a una season finale o midseason finale que te deja con un cliffhanger de cagarse patas abajo y tu pensando: “OHMYGOD!!!OHMYGOD!!!¿¿¿Por qué me hacéis esto???¿¿¿Por quééééééé???”

Tal vez el motivo sea que obtienen un sádico placer al pensar en cuántos millones de personas están pendientes de su serie, como si fuese una droga que solo ellos puedan suministrar. El síndrome de abstinencia en ocasiones puede ser brutal. Yo creo que es una táctica bastante baja porque se puede volver en su contra: Si la serie no consigue captar el suficiente interés durante la temporada, se arriesgan a que la gente se aburra en el proceso y pase de seguir viendo la alucinante revelación que tan celosamente se guardan para el último capítulo.


Todo esto viene a tenor del final midseason de Once Upon a Time, que, sin entrar en detalles ha mostrado un cliffhanger que deja roto con el ritmo pausado que llevaba en un principio. Pues bueno, ahora a analizar las distintas formas de abordar las temporadas con ejemplos prácticos:

-El caso Walking Dead, aka: Where are the zombies and gore?. La segunda temporada es el mayor exponente de qué no se debe hacer. El primer capítulo o incluso el segundo se podía palpar algo de emoción a pesar de avanzar a paso de tortuga con la trama. El resto de la temporada no ocurre prácticamente NADA digno de mención hasta el último capítulo donde la cosa mejora y te quedas con la impresión de decir: ¿Por qué no han podido ocurrir este tipo de cosas cada dos capítulos? Alguno me dirá: SPOILER Oye, cuando Shane deja tirado a Otis ocurre algo y es emocionante. No discuto que es algo importante para la  trama, pero estuvo tan mal ejecutado y se veía venir demasiado que por eso no lo cuento. Sin duda esta es la peor forma de realización de una serie. Y menos mal que fueron solo siete capítulos ¿Os imagináis que hubiese durado toda una temporada?

El negro de atrás está pensando: "Así no, ladéala un poco, blanco cabrón."

-El caso Dexter, aka: meh, what?, WOW!, OMFG! WHAT NOW?, meh. A falta de ver la sexta temporada, la fórmula de Dexter sigue un patrón en líneas generales bastante bueno, donde la tensión se va acumulando a medida que pasa la temporada, acabando con un clímax espectacular. Pero todo tiene un pero, y el suyo (más bien los dos suyos) es probablemente el lastre que hace que no lo tenga en mi top 3. En primer lugar los inicios de temporada en general son bastante aburridos y dan capítulos apenas pasables y en segundo lugar el aparente reseteo entre temporadas que da la impresión de que la trama global no avanza apenas. Es decir, se dan ciertos cambios en la vida de Dexter, pero todo aquello que pueda ponerle en un aprieto acaba desapareciendo como por arte de magia al final de la temporada, y todos parecen olvidar que Dexter está muy relacionado con desapariciones y asesinatos que se suelen dar a su alrededor (no falta nunca el clásico: No me puedo creer que Dexter haya hecho/va a hacer/esté haciendo esto).

 "Este telescopio no es nada práctico. Y casi ni se nota el aumento."

-El caso Lost, aka: I need an explanation for this. Dejando de lado la polémica del final de la serie, Lost te daba montoncitos de cal poco a poco, coronado por un camión de arena hacia el final. Nadie puede discutir que la mayoría de capítulos nos regalaban un final que dejaba ansioso de saber cómo cuándo y por qué pero que al final todo eso quedaba en un mero gancho, puesto que dejaron muchas incógnitas con ello. No voy a entrar a discutir si eso está bien o mal, este artículo solo trata sobre el desarrollo de las series. En este caso se puede decir que supieron llevar bien el nivel de enganche de los episodios, si lo remataron bien o mal, eso ya queda a discreción del espectador.

  "¡Jia, jia, jia! Nunca jamás descubriréis mis secretos."

-El caso Fringe, aka: Wow, so many interesting stories ¡And related to the plot!. Fringe ha sido una serie un poco irregular en este aspecto. Bien te puede dar una serie de capítulos con gran cantidad de información sobre la trama global, o bien pasar de todo ello con episodios, que sí, que dan profundidad a las relaciones entre personajes, pero que tienen un regusto a series caso-por-capítulo habituales como en la última temporada. Pero en general han sabido llevar una línea en la que hacen capítulos de trama excelentes con otros autoconclusivos igualmente buenos. Esta serie demuestra que el problema no es la falta de trama (que no es el caso propio), sino la forma de llevar el estilo de la serie y hacer tramas acordes que resulten realmente interesantes. Destaco en especial ese tramo de la serie desde mediados de la segunda temporada hasta casi el final de la tercera donde todos los capítulos mostraban un nivel espectacular.

 "Hmmm, está bueno el maromo del otro lado."

Ahora mismo no caigo en más tipos de casos, pero creo que se entiende mi visión del tema y mi crítica al sistema americano: La clave es el tempo, no los cliffhangers abusivos (por escasos o por excesivos). Si en una serie de veintitantos capítulos se va avanzando en la trama general en todos los capítulos aunque sea un poco y te meten un cliffhanger cada cuatro episodios, está genial. Pero si se pasan quince capítulos con historias insustanciales y autoconclusivas, que parezcan calcos unas de otras, pues eso habría que planteárselo. Ni el elenco protagonista más genial sería capaz de soportar una serie tan insulsa.

No quiero acabar sin mencionar que excluyo deliberadamente a las comedias, puesto que no suelen tener argumento más allá de la relación entre personajes. Y si lo tienen, suele ser un mero vehículo para la comedia.

Largos días y gratas noches.

2 comentarios:

  1. También se podría mencionar el cliffhanger de cabo suelto o 'loose end', provocado por la incertidumbre ante la financiación económica de una serie para siguientes temporadas. Los guionistas se ven forzados a terminar la temporada cerrando todos los frentes argumentativos para dar un final digno a la serie pero dejando un único cabo suelto para poder rescatarla en caso de que sea necesario. Se me ocurren ejemplos como el de Fringe (3ª temporada), Breaking Bad (4ª temporada) o, también en parte, Flashforward (1ª y única temporada).

    Que los guionistas de una serie puedan saber exactamente la financiación con la que cuentan y el número de temporadas que podrán elaborar no tiene precio, nunca mejor dicho. Es una pena que grandes series se vean perjudicadas por cosas así, teniendo que 'resetear' la serie y rescatarla por haber tenido que darle clausura anteriormente. Sin embargo, me viene a la mente el ejemplo de Lindelov y Cuse, quienes sabían (¡desde la 2ª temporada!) que Lost tendría nada más y nada menos que 6 entregas, y sin embargo se quedó con más flecos sueltos que una manta de Grazalema.

    El dinero no lo compra todo, pero sí que es decisivo a la hora de escribir el guión de una serie, así como en otros tantos aspectos de la vida.

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  2. Efectivamente, ese es un tipo de cliffhanger en el que no había caído, y da mucha pena que tenga que ocurrir, sobre todo en el caso de que la serie acabe no siendo rescatada. Sin embargo, creo que el final de la tercera de Fringe a pesar de los cabos sueltos que quedan (diría que únicamente los observers) hubiese servido más que dignamente como final de la serie.

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