No deja de sorprenderme la actitud de desprecio que mucha
gente asume ante el libro de formato digital. Gente que en otra época abrazaba
el cambio de VHS a DVD, del CD al MP3, o incluso del teléfono fijo al móvil,
ensalzando las virtudes de la nueva tecnología, se muestran reacios o niegan
rotundamente el avance que esto supone para el lector habitual.
Uno dirá: “La sensación de tener el libro en papel no podrá
sustituirla un aparato digital.” Hable usted con el lobby de fanáticos del
vinilo, que seguro que lo entienden. Otro pensará: “No puedo leer en un
cacharro de esos, porque yo estoy diez minutos en la pantalla del ordenador y
ya lagrimeo.” No problemo, los e-books usan tinta electrónica, que no cansa más
que mirar a un papel.
De toda la vida he sido un ávido lector, tan solo frenaba mi
ritmo el desembolso económico que suponían más libros o que un conocido no
tuviese libros que llamaran mi atención, por no hablar del pésimo gusto que
abarrotaba la biblioteca local. Estos últimos años, antes de mi adquisición de
un dispositivo digital, puedo contar con los dedos de las manos los libros en
edición física que he leído, por un conglomerado de las razones anteriormente
expuestas, sobre todo debido a la actual situación económica y al abusivo
precio que se daba a los libros de más de cien páginas. En cambio después de mi
compra del Kindle (maldigo a Amazon por su sustancial rebaja del aparato, unos
pocos meses después de comprarlo), he leído más libros que en los últimos tres
años con la comodidad que aporta llevar una biblioteca en una millonésima parte
de su peso.
Otra cosa curiosa es la gente que piensa que por tener un
moderno y fashion i-Pad, van a poder leer y leer en él como quien tiene un
e-book, con el añadido de poder jugar al Angry Birds cuando su cansada vista no
pueda seguir con la lectura. Hasta donde yo tengo entendido, un i-Pad no es
multitarea, por lo que, pongamos que quiero escuchar música para ambientar mi
lectura. Habría que usar otro aparato para reproducirla, dado que Steve Jobs no
pensó que la gente no estaría tan embobada con sus cacharritos como para pensar
en hacer dos cosas al mismo tiempo. En cambio mi Kindle, que sirve para poco más
que para leer, me permite escuchar mis bandas sonoras favoritas mientras leo épicas
aventuras de fantasía heroica (o no tan heroica). Otra desventaja del
pisapapeles de Apple, es que al cabo de unas pocas horas, la batería muere,
puesto que requiere de una gran cantidad de energía para mantener su coolness.
Desde Agosto tengo el Kindle y lo he tenido que cargar tres veces, y mira que
leo todos los días.
Largos días y gratas noches.
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